Única testigo Las cartas boca arriba. Me gusta el cine de Imanol Uribe. Sus películas están bien contadas. A Imanol Uribe le ha perjudicado la proximidad a los hechos que narraba. Mostrar a los personajes de “La fuga de Segovia” (1981) como héroes aventureros, al estilo de “La gran evasión” (1963) de John Sturges, o al personaje de Carmelo Gómez en “Días contados” (1994) como un héroe trágico, era una buena idea cinematográfica, pero no hacía otra cosa que revestir a ETA de una aureola romántica de la que indudablemente carecía. Pero también hay que reconocer que su cine fue evolucionando y describió pronto, en “La muerte de Mikel” (1983), el ambiente intolerante y manipulador del entorno etarra y que, más tarde, dio un giro en “Lejos del mar” (2015) para acercarse al mundo de las víctimas. El gusto de Imanol Uribe por el cine de género – cine de aventuras en “La fuga de Segovia”, melodrama en “La muerte de Mikel” o cine negro en “Días contados”- le permitía armar películas bien estruc
Valoraciones sobre cine de estreno, cine clásico, cine y crisis económica