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Mostrando entradas de noviembre, 2022

El curioso caso de Benjamin Button (2008)

  Sostiene Colin Rameaux que la mejor adaptación cinematográfica de una novela es Apocalypse Now basada en “El corazón de las tinieblas” de Joseph Conrad. A partir de ahora este puesto en el ranking de mejores adaptaciones lo tendrá que compartir con “El curioso caso de Benjamín Button”, película de David Fincher basada en un cuento homónimo de Scoot Fitzgerald. El hallazgo de ambas versiones está en saber captar la esencia y el espíritu de la historia y abandonar la anécdota y su trama argumental. En el caso de Apocalypse Now la esencia era la historia de unos hombres que surcan un río – en medio del horror- en busca de una leyenda cuya misteriosa vida y razones van descubriendo según avanza el argumento. Daba igual que esta historia trascurriera en El Congo de finales del XIX que en el Vietnam de los años 60 del siglo XX. Con la película Fincher pasa algo parecido. El cuento de Scoot Fitzgerald esta basada en una excelente idea: un niño que nace viejo y que según avanza su vida va re

Valkiria (2008)

 Valkiria arrastra un triple problema de enfoque. El primero relacionado con el núcleo narrativo de la película. El segundo, con la naturaleza del héroe. El tercero, con la estética asumida por el film. Valkiria, como tantas otras películas de trasfondo histórico, tiene un desenlace por todos conocido. El dúo Cruise/Singer se ha planteado la película como un thriller de suspense, allá donde no hay ningún suspense, y por ello se han hecho preguntas del tipo: ¿cómo se organizó el complot?¿cómo se planificó? ¿cómo se llevó a la practica? La consecuencia es que ha salido un hibrido entre Superman ( recordar que Singer fue el director de Superman returns) y Ethan Hunt (agente de la trilogía de Misión imposible). Más les hubiera valido a sus responsables preguntarse por las razones que conducen a un grupo militar de elite a preparar un atentado contra Hitler, cuando la guerra ya estaba perdida y decidida. Este enfoque, mas arriesgado, con muchas aristas, nos hubiera proporcionado respuestas

Rocknrolla (2008)

  (Archie: People ask the question... what's a RocknRolla? And I tell 'em - it's not about drums, drugs, and hospital drips, oh no. There's more there than that, my friend. We all like a bit of the good life - some the money, some the drugs, other the sex game, the glamour, or the fame. But a RocknRolla, oh, he's different. Why? Because a real RocknRolla wants the fucking lot.) Guy Ritchie tenía cierto reconocimiento en los medios cinematográficos, antes de ser (ex)marido de Madonna. Había realizado dos películas – Lock & Stock (1998) y Snatch: cerdos y diamantes (2000)- bien recibidas por público y crítica. Era responsable de otras dos películas: una, Barridos por la marea ( 2003), considerada por muchos como una de las peores de la historia del cine; otra, recién estrenada en España, Revolver (2005), catalogada de transición. Y finalmente acaba de presentar, RocknRolla /2008), donde vuelve a un terreno familiar: Londres y el mundo del hampa. Rochnrolla es una

Mi nombre es Harvey Milk (2009)

  Gus Van Sant – un cineasta indie y vanguardista- se siente cómodo con el corsé de un guión ajeno. Ya lo demostró en El indomable Will. Hunting (1997), con guión de Ben Afflek y Matt Damon. Y ahora lo vuelve a corroborar con Mi nombre es Harvey Mik con guión de Dustin Lance Black. La arquitectura de la película es convencional pero práctica. Se articula alrededor de los recuerdos grabados por Harvey Milk (Sean Peen) poco antes de ser asesinado. Nada muy original pero contribuye a dar perspectiva a la historia. El guión tiene además otros dos aciertos muy significativos. El primero es no dar excesivo peso a la secuencia del asesinato. En ningún caso es el centro de la película. No hay thriller, ni suspense. Se trata, sin embargo, de una secuencia bien planificada y resuelta. Travellings por el pasillo del ayuntamiento, asesinato en off del alcalde Moscone (Victor Garber), plano final subjetivo de Harvey Milk mirando al edificio de la ópera donde se representa Tosca. Es el final de una

Il Divo (2008)

  El cine italiano ha estrenado recientemente en España tres películas de hondo contenido político y social, Romanzo Criminale, Il Divo y Gomorra. Esta cosecha no es fruto de la casualidad. Es más bien el resultado de una herencia cultural ( Leonardo Sciacia) y cinematográfica ( Elio Petri, Marco Bellochio, Pontecorvo y muchos otros) y de la existencia de una industria capaz de dar soporte a las inquietudes de sus artistas. Il Divo pertenece al género de denuncia y agitación política. Hasta aquí nada que objetar. Es un genero tan licito como cualquier otro, siempre que se haga con dignidad. Y la película de Sorrentino es más que digna. La puesta en escena -planificación, montaje, iluminación- responde a las necesidades de la historia. El escenario –Roma- no deja de remitir a Fellini. La interpretación esta a la altura de sus pretensiones. No sólo la de Toni Servillo en el papel de Andreotti, sino la del resto del reparto. Todas las secuencias en las que aparece la secretaria de Andreot

El Intercambio (2008)

 Una estrella con hambre de Oscar. Un diseño de producción con un look retro. Una historia fuerte. Muy fuerte. Es una fórmula mil veces utilizada en Hollywood. Un ejemplo: Frances (1982) de Graene Clifford, con Jessica Lange En este caso, El Intercambio (2008), viene avalada por un plus diferencial. Esta dirigida por Clint Eastwood. Un cineasta que ha logrado un estilo capaz de transmitir la mayor cantidad de emociones con el mínimo de elementos. Los puentes de Madison (1995) es una buena muestra. Algunos llaman a esto clasicismo. El intercambio está lleno de momentos “Eastwood”. Señalemos algunos: . El plano en el que el niño Collins se despide de su madre tras la ventana de su casa. Un leve travelling. Ningún subrayado, ni énfasis especial. Imagen nuclear que remite a Mystic River (2003 ), otra vez la infancia truncada por la crueldad de los adultos. Eastwood nos recuerda que no queda espacio para la inocencia. · La primera secuencia en la estación del tren. Chistine Collins (Angelin

Soufflé (2008)

 Este comentario se ha gestado en el camino del coche a la oficina. El cine es – en esencia- una historia contada con imágenes en movimiento. Historia silente o sonora. En blanco y negro ( o grises) o color. Historias de 45 segundos, de una hora y media o de 15 horas. En formato celuloide, video o digital. En soporte pantalla de cine, televisión, consola , ordenador o móvil. Hoy vemos mas cine que nunca. Y casi me atrevería a decir que mejor que nunca. Así que a nadie debiera de extrañar que en este blog se abriera una sección dedicada a la publicidad. La clave del cineasta, en este caso - nunca mejor dicho- creativo, está en adaptar el mensaje al medio. Nuestro personaje se dirige una vez mas a la misma fiesta- aburrida- de siempre. Entre el primer “por favor, Mark, te importaría pasarme el souflé” y la misma frase al final del anuncio, el protagonista ha tenido tiempo de imaginar lo que le hubiera gustado que fuera esta fiesta anual de navidad. Lanzarle el mismo souflé a la cara a su

La ola (2008)

  He aquí buenas y malas noticias. El cine europeo recupera espectadores. Es una buena noticia. Lo hace con recursos que parecían exclusivos del cine norteamericano: una historia atractiva, acción, ritmo. Es también una buena noticia. Y lo hace al amparo de una de las películas - La Ola (2008) de Dennis Gansel- más tramposas de los últimos años. Es una mala noticia. Antecedentes. La historia se basa en hechos reales acaecidos en 1967 en Palo Alto (California), Un profesor de historia. Ron Jones, realizó con sus estudiantes un experimento para explicarles cómo la barbarie nazi pudo instalarse en una sociedad aparentemente normal. El experimento tuvo que suspenderse al de pocos días ante la dinámica que fueron adquiriendo los acontecimientos, pero dio pie a una novela y un guión televisivo. Dennis Gansel decidió adaptar esa historia y trasladarla a un instituto de la Alemania actual. Nunca asunto mejor traído. El espectador entra ya abrumado a la sala de cine por una campaña de promoción

Gomorra (2008)

 No hace falta haber leído Gomorra (Editorial Debate) de Roberto Saviano para hacer un juicio sobre la película de Matteo Garrone. Hay cientos de películas que son adaptaciones de libros que no hemos leído. Y que no leeremos jamás. El mayor inconveniente es que impide comparar como dos autores tratan –ideológica y formalmente- un mismo asunto, a partir de medios expresivos distintos. La ventaja es que se puede juzgar la obra por si misma. Gomorra (2008) habla de la influencia de la violencia organizada en la vida cotidiana de los ciudadanos de a pie. De la dificultad de escaparse de su influjo. Indirectamente trata de cómo estos mismos ciudadanos se sienten desprotegidos por las instituciones y la sociedad. Todos ellos -como vemos- temas mayores. Para abordarlos Matteo Garrone utiliza un estilo directo. Estamos muy alejados de los personajes trágicos de Coppola o del mundo de Scorsese. No hay espacio para la identificación ni el mito. Estamos ante personajes que no tiene pasado. Ni fut

Appoloosa (2008)

  Ángel Fernandez Santos nos enseñó que el western ha mutado en el cine contemporáneo en otros muchos géneros. Ponía como ejemplo peliculas como Enemigo a las puertas (2001), de Jean-Jacques Annaud, interpretada por Ed harris. Allí, como en el caso de la pelicula que nos ocupa ahora, el personaje interpretado por Harris tenía ciertas similitudes: sobriedad, respeto al adversario, marcado individualismo... No nos debe extrañar pues que Harris haya tenido el deseo de dirigir ( y producir e interpreetar y participar en la redacción del guión) un western. Appoloosa (2008) es una película compleja con un envoltorio sencíllo (género muy codificado, planificación clásica, una narración lineal). Sin embargo, es de esas peliculas que te hacen preguntarte por cuestiones importantes: ¿ qué cuenta la pelicula? ¿ cómo lo cuenta? Appoloosa (2008) cuenta esencialmente la historia de una amistad. Una amistad forjada en muchas noches a la intemperie ( sin necesidad de ser gay). En algunos tiroteos con

Quantum of Solace (2008)

 La saga de Bond tiene que reinventarse cada cierto tiempo. Unas veces toca más humor. Otras más sexo (nunca mucho). Y ahora es el momento de darle hondura trágica al personaje. Son los nuevos tiempos. Tiempos de Jason Bourne. Esta operación de marketing requiere ciertos mimbres. Un guionista que repite- Paul Haggis- y que ya nos había regalado esplendidos diálogos en Casino Royale. Un director de prestigio, Marc Foster. Un actor - Daniel Craig- que transmite intensidad en todo lo que hace. Roger Moore y Pierce Brosman daban siempre la sensación de que pasaban por allí. Marcaban demasiada distancia con lo que ocurría. Por último, un director de segunda unidad- Dan Bradley- que había sido el responsabñe - ¡ay¡- de las dos últimas entregas de Bourne. Todo ello aderezado -como no podía ser menos- de una gran campaña de promoción. Sin embargo, el resultado no responde a las expectativas. Veamos. El guión apuesta por la línea de menor resistencia. La sed de venganza. (Por cierto, un acierto

Sólo quiero caminar (2008)

 Agustín Díaz Yanes tiene nuestro crédito. Dirigió una excelente "Nadie hablará de nosotras..." (1995). Naufragó con "Sin noticias de Dios" (2001). Salvó (malamente) los muebles con "Alatriste" (2006). Y acaba de presentar una emocionate "Sólo quiero caminar" (2008). Diaz Yanes es un cineasta profundo pero no aburre. Sus pernonajes viven intensamente aunque son conscientes que no pueden cambiar su destino. Lo asumen con dignidad. A Díaz Yanes se le nota- para bien - su oficio de guionista. Muy brillante la secuencia final cuando Gabriel (Diego Luna) le devuelve la foto a Aurora (Ariadna Gil) que cree son de sus padres. Se dice mucho del personaje sin explicar nada. De guionista experto también el recurso del cuento del hijo de Gloria (Victoria Abril), que hace avanzar la acción y la relación entre los personajes. Eficaz, aunque más facilón, el recurso de Paloma (López de Ayala) vestida de colegiala. Diaz Yanes es de los que probablemente piense q

Red de mentiras (2008)

  Con Ridley Scott tengo un prejuicio y una sensación. El prejuicio es que nunca ha dejado de ser un publicista. La sensación es que, en muchas ocasiones, intenta darnos gato por liebre. Veamos. El publicista. En las peliculas de Ridley Scott suele primar el efecto sobre el conflicto. El montaje y el look sobre la planificación y la puesta en escena. Los personajes de Red de mentiras ni tienen ni -sobre todo - se les intuye pasado. El personaje de Russell Crowe, ¿donde estudió? ¿se casó con su primera novia del instituto? ¿de qué club de basket es fan? ¿está gordo porque es un burócrata sedentario o porque no le gusta hacer deporte? El mejor momento en este sentido es cuando su mujer le reprocha que esta trabajando a las tres de la madrugada y él le responde sin pestañear que esta salvando la civilización occidental. En el fondo es ridículo que aparezca con veinte kilos de mas y más ridiculo aún que esté dando instrucciones vía satélite para invadir cualquier aldea de oriente medio mie