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Quantum of Solace (2008)


 La saga de Bond tiene que reinventarse cada cierto tiempo. Unas veces toca más humor. Otras más sexo (nunca mucho). Y ahora es el momento de darle hondura trágica al personaje. Son los nuevos tiempos. Tiempos de Jason Bourne.
Esta operación de marketing requiere ciertos mimbres. Un guionista que repite- Paul Haggis- y que ya nos había regalado esplendidos diálogos en Casino Royale. Un director de prestigio, Marc Foster. Un actor - Daniel Craig- que transmite intensidad en todo lo que hace. Roger Moore y Pierce Brosman daban siempre la sensación de que pasaban por allí. Marcaban demasiada distancia con lo que ocurría. Por último, un director de segunda unidad- Dan Bradley- que había sido el responsabñe - ¡ay¡- de las dos últimas entregas de Bourne.
Todo ello aderezado -como no podía ser menos- de una gran campaña de promoción. Sin embargo, el resultado no responde a las expectativas. Veamos.
El guión apuesta por la línea de menor resistencia. La sed de venganza. (Por cierto, un acierto el título procedente del cuento de Fleming - ambiguo y misterioso- y gracias por no traducirlo en su versión española). Rehuye aspectos más atractivos pero más dificiles. El ansia de conocer. De saber la verdad. La sombra de una duda: la traición. De todas las maneras si hubieramos querido coger la línea argumental de la venganza había un antecedente reciente que podía servir de referencia. El fuego de la venganza (Man of fire, 2004) de Tony Scott. Seguramnete da pánico perder el "target" del publico infantil y adolescente. Los productores (Michael Wilson y Barbara Broccoli) han decidido no asumir -a fin de cuentas-los riesgos de hacerse adulto.
La película funciona en las distancias cortas. Por ejemplo, la relación entre Bond (Daniel Craig ) y Mathis (Giancorlo Giannini). Una relacion de amistad sin necesidad de dar demasiadas explicaciones. Cargarse al personaje de Mathis es una decisión que igual los responsables de la franquicia acaban por lamentar. También funciona muy bien la relación con M ( Judi Dench). Da equilibrio al personaje y represennta una réplica adulta. Ventajas de contar con un gran actriz. A mi juicio, es una pena que no se haya explorado más la relación con Camille (Olga Kurylenko), A pesar de los palos de la crítica, se trata una mujer rocosa pero vulnerable, algo que la actriz transmite. Mucho más atractivo como personaje que Strawbewrry Fields (Gemma Artenton) que no aporta nada a la acción.
Y hablando de acción. Aquí es donde patina la pelicula. La secuencia inicial con algunas inconsistencia de raccord da alas al espectador a pensar que aquí todo vale. La secuencia de los tejados de Siena -además de suponer una imitación/homenaje del último Bourne- no responde a ninguna necesidad expresiva del film. Algo que allí si ocurría. La secuencia de la ópera. Bien resuelta de ritmo y montaje genera unas expectativas- la existencia de una conspiración a nivel mundial- luego frustadas. Lo mismo ocurre con la secuencia final Un "malo" de opereta (el general boliviano) y otro villano que se deja coger a las primeras de cambio en en mitad del desierto. Los malvados para ser atractivos deben tirar a los tiburones a la "chica " de la película a pesar de que la quieren. Aquí no hay nada de esto. Mathieu Amilric repite el personaje de "Munich", sin ser consciente de que aquí es el jefe.
Quizas nos encontremos ante una pelicula de transición hacia la ultima parte de la trilogía. pero mucho deben cambiar las cosas para que ésta no vuelva a defraudarnos.

Ficha técnica:

    Director: Marc Foster
    Guón: Robert Wade, Neal Purvis y Paul Haggis
    Interpretes: James Bond ( Daniel Craig), M (Judi Dench). Camille (Olga Kurylenko), Mr. White ( Jesper Chistensen), Dominic Greene (Mathieu Amilric). Mathis ( Giancarlo Giannini)
    Director segunda unidad: Dan Bradley
    Productores: Barbara Broccoli y Michael Wilson

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