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Valkiria (2008)


 Valkiria arrastra un triple problema de enfoque. El primero relacionado con el núcleo narrativo de la película. El segundo, con la naturaleza del héroe. El tercero, con la estética asumida por el film.

Valkiria, como tantas otras películas de trasfondo histórico, tiene un desenlace por todos conocido. El dúo Cruise/Singer se ha planteado la película como un thriller de suspense, allá donde no hay ningún suspense, y por ello se han hecho preguntas del tipo: ¿cómo se organizó el complot?¿cómo se planificó? ¿cómo se llevó a la practica?

La consecuencia es que ha salido un hibrido entre Superman ( recordar que Singer fue el director de Superman returns) y Ethan Hunt (agente de la trilogía de Misión imposible). Más les hubiera valido a sus responsables preguntarse por las razones que conducen a un grupo militar de elite a preparar un atentado contra Hitler, cuando la guerra ya estaba perdida y decidida.

Este enfoque, mas arriesgado, con muchas aristas, nos hubiera proporcionado respuestas mas atractivas para el espectador. Estaríamos muy lejos del héroe con aspiraciones democráticas que nos quiere presentar la película y mucho mas cerca de un héroe trágico que duda entre el deber y la (mala) conciencia. No hay, en este católico ferviente, rastros de culpa, ni asomo de arrepentimiento por los pecados cometidos.

Claus Von Stauffenberg, conde suabo de larga estirpe militar, pertenecía al circulo de Stefan George, maestro de un grupo de discípulos que defendían ideas de pangermanismo y renovación nacional, no muy alejadas del ideario doctrinario del nacionalsocialismo. Von Stauffenberg probablemente despreciaba a Hitler, pero no por nazi sino por cabo chusquero. Murió ejecutado reivindicando la Sagrada Alemania.

La trama fue urdida por un grupo de militares y una red civil con presencia testimonial en el film. La trama militar- en realidad muy amplia- queda prácticamente arrinconada por el excesivo protagonismo de Cruise/Stauffenberg. Lo que debiera haber sido un película coral, se queda en un mero ejercicio de narcisismo de su actor/productor ejecutivo. Enfoque que arruina la mejor idea del film. Los momentos de duda e indecisión que trascurren después del atentado, cuando todavía no saben si Hitler ha muerto.

El general Henning von Tresckow (Kenneth Branagh) desaparece rápidamente de escena. Tiempo suficiente, sin embargo, para que Branagh interprete con flema británica a un general alemán que va a recoger las botellas de cointreau llenas de explosivos tras un atentado frustrado. El cameo de Carice von Houten, como Nina, esposa de Stauffenberg, en un papel irrelevante dramáticamente, parece una broma pesada al recordar su compleja interpretación en El libro negro (2006) de Paul Verhoeven. Magnifica la construcción que realizan Bill Nighy y Tom Wlikinson como los generales Olbrich y, Friedrich Fromm respectivamente. . Se comen materialmente a Cruise en la pantalla y sus miradas y presencia logran trasmitir dudas, miedo, ambición, calculo y traición, Me queda, sin embargo, una pregunta: ¿es imposible encontrar un actor alemán para interpretar a un general nazi? O volvemos a lo de siempre. Otra vez, la historia contada por los vencedores.

Algunos momentos causan estupor y otros meramente risa. Cruise escuchando en un gramófono La Valkiria de Wagner. No digamos cuando se nos muestra a Cruise saludando brazo en alto con el muñón al aire. Carlos Saura- con mucho mas humor e ironía- ya lo había hecho en La prima Angélica (1973), con Fernando Delgado brazo escayolado en ristre.

A una película con mas de 80 millones de dólares de presupuesto hay que pedirle algo más que un buen diseño de producción El vestuario, los decorados, la ambientación, los escenarios recrean a la perfección el estereotipo y estética que el cine nos ha trasladado de la Alemania nazi y que fijó en la memoria colectiva Leni Rieffenstalh ( El triunfo de la voluntad, Olimpia) en la década de los treinta. Una fascinación que obvia lo trágico y oscuro de aquellos años. Resulta por tanto algo obscena la excitación que ha debido depararle a Tom Cruise disfrazarse de coronel de la Wehrmacht y ponerse un parche en el ojo Algo sólo comparable a la que debió sentir el Príncipe Enrique, hijo de los Príncipes de Gales, cuando se disfrazó de soldado de las SA.

Stauffenberg y el resto de conspiradores dio su vida por mantenerse en el poder y negociar una paz “digna”. No podemos olvidar que, en aquellos momentos, otros estaban en una resistencia, igual de arriesgada pero mucho mas honrosa.

Cruise/Singer ciertamente no han tenido la ambición de hacer una película sobre la resistencia alemana al nazismo, ni de llevar a la gran pantalla Les bienvellantes de Jonathan Littell (Gallimard, 2006). Sin embargo, se les podía exigir algo mas de rigor narrativo. La historia requería un guión con una estructura más compleja y un desarrollo psicológico del personaje más profundo.


Director: Bryan Singer
Producción: M-G-M y United Artist
Productores ejecutivos: Christopher Mcquarrie. Bryan Singer y Gilbert Adler
Diseño de producción: Lilly Klivert y Tom Meyer
Guión: Christopher Mcquarrie; Nathan Alexander
Fotografía: Newton Thomas Sigel
Música: John Oltman
Interpretes: Claus von Stauffbenger (Tom Cruise) General Henning von Tresckow (Kenneth Branagh); Nina (Carice von Houten); General Friedrich Fromm (Tom Wilkinson); General Olbrich (Bill Nighy)

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